Con tantos cambios de la economía es imposible no pensar en que, en algún momento, podemos necesitar un préstamo: plata que nos desembale en una temporada de vacas flacas.
–¿Veci, no tiene más sencillo?– Te dice el taxista, mientras te devuelve ese billete de cincuenta en una cuadra sin tiendas, sin señor de los aguacates, sin nadie que ostente o demuestre sencillo, a la una de la mañana.
Tienen razón quienes dicen que soñar no cuesta nada más que tiempo. Sueños tenemos todos porque nos mantienen vivos. Eso sí, soñamos todo el tiempo con eso que nos hace falta.
Por fin llegó el 31 de octubre, fecha que todos sin excepción conocemos por ser… ¡El día del ahorro! – ¿Es en serio? – Sí. El día del ahorro es el mismo de Halloween.